Silencio intenso en la parroquia de la casa Santa Marta, la residencia papal. “Desde hace tiempo siento en el corazón un profundo dolor, sufrimiento, tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no tiene explicación”. La voz de Francisco, pausada y firme, estuvo dirigida a los seis adultos sentados allí, quienes en su niñez fueron víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia.

“Humildemente pido perdón”. La frase llegó a lo más profundo de todos. Fue una disculpa que llegó con décadas de retraso, pero empezó a saldar una vieja deuda con cientos de niños y jóvenes (hoy adultos) que fueron víctimas de los abusos y del ocultamiento.

Ayer, el Papa no solo pidió perdón, también reconoció que los líderes de la Iglesia “no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso”.

“Actos execrables“

“Esta es mi angustia y el dolor por el hecho de que algunos sacerdotes y obispos hayan violado la inocencia de menores y su propia vocación sacerdotal al abusar sexualmente de ellos. Es algo más que actos reprobables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas chicas le fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios, y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia”, agregó.

“(Ellos) Profanan la imagen misma de Dios a cuya imagen hemos sido creados”, dijo.

Se trata de actos “execrables de abuso perpetrados contra menores. Actos que han dejado cicatrices para toda la vida”, según la alocución reproducida por la página oficial del Vaticano en la web.

“Esto lleva todavía a un sufrimiento adicional a quienes habían sido abusados y puso en peligro a otros menores que estaban en situación de riesgo”, declaró el Pontífice, quien admitió que “los pecados de abuso sexual contra menores por parte del clero tienen un efecto virulento en la fe y en la esperanza en Dios”.

“Algunos se han aferrado a la fe mientras que en otros la traición y el abandono han erosionado su fe en Dios”, añadió y subrayó: “Muchos de los que han sufrido esta experiencia han buscado paliativos por el camino de la adicción. Otros han experimentado trastornos en las relaciones con padres, cónyuges e hijos”.

Primer encuentro

Por primera vez en su pontificado, que inició en marzo de 2013, el papa Jorge Bergoglio se reunió con seis víctimas -tres hombres y tres mujeres- que han sufrido abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia, en lo que la Santa Sede describió como un “paso importante en un camino positivo de saneamiento y reconciliación para el futuro”, según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Dos irlandeses, dos británicos y dos alemanes (tres hombres y tres mujeres) fueron abusados cuando eran niños y ayer asistieron a la homilía en Santa Marta.

Después de la misa, Francisco se reunió en privado con cada uno de ellos para conversar durante media hora. Las víctimas estuvieron acompañadas por otra persona, familiares o amigos.

El contenido de las conversaciones no fue revelado, aunque Lombardi dijo que al final de las entrevistas Francisco estaba “muy afectado”.

Pero ni la reunión ni las palabras del Papa no conformaron a todos. Norbert Denef, un portavoz alemán de víctimas de abuso, se quejó de que el encuentro no fue más que un “acto de relaciones públicas”. Weiter lesen…